"Hay tantas realidades como puntos de vista. El punto de vista crea el panorama". José Ortega y Gasset

lunes, 13 de mayo de 2013

Dilema moral


El dilema que expongo está extraído de HOUSE M. D., Temporada 8 – Capítulo 3 (min 13:30-14:19).

El capítulo versa sobre si la “extrema” solidaridad de un hombre es innata y libre o solamente es síntoma de una enfermedad. Entre tanto, House, recién salido de la cárcel, necesita financiación para su departamento de diagnóstico y decide poner a prueba al paciente pidiéndole fondos. El paciente accede muy fácilmente a donarle el capital si el Doctor logra curarlo. A continuación House tiene la siguiente conversación con Wilson, su confidente.

H: Es una hipótesis. Una ninfómana me dice que me la chupa, ¿debo rechazarla? …(silencio). No respondas aún. Si digo “no”, sufriremos los dos. Si digo “sí”, nos gustará a los dos.
W: No puedes aceptar sexo de una ninfómana. No puedes dar vino a un alcohólico, ni aceptar dinero de ese menda.
H: Podría equivocarme con el síntoma… Me equivoco mucho…
W: Aceptar dinero de un enfermo es éticamente sospechoso como poco.
H: ¿Somos una ONG? Lo que hacemos es aceptar dinero de los enfermitos.
W: Trabajamos para eso.
H: ¡Estoy trabajando!
W: …¿Cuánta pasta?
H: Veinte dólares…(silencio) ¿Y si fuera eso? Es el mismo principio. Veinte dólares, un millón… ¿Qué diferencia hay?
W: Hombre, la diferencia es casi… pues un millón de dólares.
H: La cifra la puso él, no yo.

miércoles, 3 de abril de 2013

La Última Guerra


CAPÍTULO III

Cuando Aníbal despierta después de dar una cabezada, el tren está cerca de estacionar en Jerez de la Frontera. Con el rostro señalado, Aníbal se siente ridículo por un momento; cree que alguien observa su despertar y se mofa interiormente de aquella marca colorada en el lado derecho de su cara, fruto de haber estado apoyado contra la ventanilla sobre una sudadera arrugada a modo de almohada durante una media hora. En el vagón queda poca gente. La mayoría de las personas bajaron en la estación de Sevilla-Santa Justa, recuerda. Se apresura a sacar de un bolsillo interno de la chaqueta el tabaco de liar que acostumbra a fumar desde hace dos años. Coloca un filtro entre sus labios y abre el papel que llena de tabaco. Después de rodarlo entre sus dedos con bastante habilidad, inserta el filtro en el cilindro de papel y humedece la franja de pegamento de éste. Una vez lo ha pegado, saca la piedra del clíper y la utiliza para prensar un poco el contenido del cigarro. Para entonces la voz que suena por el megáfono anuncia la llegada a la próxima estación, donde Aníbal pretende bajar. Carga con la maleta y el resto de bultos justo antes de que el tren pare.

Siente un agradable frío que le recorre todo el cuerpo. Él sabe perfectamente que al llegar a casa las gotas de sudor caerán por la frente a pesar de aquel frío. Al fin y al cabo aquellos bultos no se iban a llevar solos, piensa.

sábado, 16 de marzo de 2013

Empequeñéceme y hazme grande



Egoísta, fanfarrón, altivo. Gilipollas, egocéntrico, creído. Interesado, aburrido, orgulloso, introvertido. Pequeño, vengativo. Coloso, subido.

Así podría seguir citando todos y cada uno de mis defectos como persona, como amigo. Como hijo, como hermano, como pareja, como enemigo. Soy todo lo que tú no eres. Soy todo aquello que reconozco y todo aquello que desconozco. La ignorancia forma parte de mí.

Enséñame. Intento aprender. Quiero aprender.

domingo, 3 de marzo de 2013

Carta a un Abuelo


Terror, esperanza... de buscarte donde no estés, de encontrarte entre la multitud. Sentimientos encontrados en el camino recorrido durante toda una vida. Plena, entera, loca, efusiva. Grande. Lucha vaquero. Saca tu revólver y bátete en duelo. Vence el miedo al menos durante 20 años más y quítate el sombrero.

Pide a la vida la felicidad que todavía mereces como perdiz que reclama. Opónte a los barrotes de esa jaula que impide tu vuelo. Y vuelve a casa con los tuyos. Prende el fuego, la llama del corazón y siempre, ten presente siempre, que seremos el roble o el pino cortado. Que avivaremos la combustión en su punto más álgido.

Todo a base de esfuerzo, ganas, cariño. Amor. Todos fuimos, todos somos. Todos seremos.

Te queremos Papá. Te queremos Abuelo.

viernes, 25 de enero de 2013

Tú a Nunca Jamás, yo me quedo aquí.


Apareciste de la nada, con tu magia, con tu inocencia, como aquella simpática niña que se acerca a darte un caramelo deseando jugar contigo y vivir una “Toy Story”. Creciendo cada vez más en la imaginación de “Nunca Jamás”, sintiendo cada vez más un sueño efímero que se pierde tras las barreras de la realidad.

Acariciaba por momentos el instante de nuestro encuentro, perpetuo en mi mente, perpetuo en mi corazón. Creyendo que se trataba de una gloriosa de Ritley Scott, me sumergí en el tétrico y oscuro punto de mira de Tim Burton, indefenso de ese personaje que creó a la perfección con tanto esmero, tan ficticio y mágico como todo lo que toca.

Exceso de magia y, aparentemente, carente de cualquier atisbo de verdad. No hubo verdad en nada de esto. Ni sinceridad, ni nada que se le parezca, más allá de la que yo le quise poner. Chef de platos sin gusto, sin cuerpo ni esencia. El veneno que se ofrece con apariencia de manzana,  arma homicida que llegué a morder. Embelesador rostro producto de los hechizos que cautivan a tu público. “Sí os veis solos cabalgando por verdes prados, el rostro bañado por el sol… no os preocupéis, estaréis en el Elíseo… y ya habréis muerto.”

Ni al polen, ni a los ácaros. Sólo a tus polvos de hada.

sábado, 12 de enero de 2013

LegalizaciOff


Últimamente está muy de moda ser liberal, en cuanto a la ideología política, el sexo y las relaciones que mantenemos con otras personas y, claro está, sobre la legalización de las drogas. “Debemos ser libres para consumir lo que nos plazca” dicen algunos. Claro que debemos ser libres. Y somos libres. Pero ¿hasta que punto somos libres consumiendo una sustancia que nos provoca desorientación, mareos, euforia, repentina valentía o nos desinhibe del miedo o la percepción del peligro? ¿Hasta qué punto? Cuando ingerimos estas sustancias no somos libres, dado que no gobernamos nuestro cuerpo con claridad y por tanto nuestros actos no son propios. Es por ello que, inevitablemente, me posiciono claramente en contra de este “movimiento”.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La Última Guerra


CAPÍTULO II

-Es una carta…-, se dice con cierto asombro. Esta doblada tres veces y además de mojada parece cuarteada. El Inspector la desdobla con sumo cuidado, intrigado por su contenido. Hay diminutos restos de sangre esparcidos sobre el haz. En el encabezado “La Nueva Orden” sobre un  extraño símbolo que Anselmo García no es capaz de reconocer.


La Nueva Orden

La naturaleza de esta sociedad está desvirtuando los valores y costumbres que imperaban en el pasado. No podemos dejar que siga avanzando. Se extiende como una plaga. Fuimos y volveremos a ser salvadores de esta Nueva Orden, impulsando un nuevo orden social para recuperar los privilegios de los que gozábamos.

Cada miembro velará por el otro como hemos venido haciendo durante todo este tiempo en la sombra. Las fichas han sido colocadas en el tablero. Es hora de mover. Empezaremos a impulsar una serie de medidas que mejoren nuestra situación. Pronto recibiréis noticias.

Queridos hermanos, os pido discreción. Ha llegado el comienzo de un nuevo día. Un día que recordaremos. Os invito a formar parte de la Historia una vez más.



Octubre de 2008 

                                 Firmado:
La Nueva Orden



En su rostro se aprecia una ínfima mueca apretando los labios. Ni él mismo sabe bien si es risa o asco lo que se dibuja en su boca en ese momento.
-¿Qué coño es esto?... ¿La Nueva Orden?-, piensa al final.